Conozca insitu uno de los principales centros religiosos de la Antigüedad y su museo.
Salimos de Atenas y poco a poco vemos transformarse el paisaje arido del Atica en una imagen montañosa imponente del monte Parnaso. Dejando atrás el puerto motañoso de Arahova (940m) y sus impresionantes vistas desde la ladera meridional del mote Parnaso llegamos al enclave arqueológico de Delfos.
Delfos fue uno de los principales centros religiosos de la Antigüedad, cuando el santuario de Apolo, dios de la armonía y de la música, guardián de las leyes sagradas de Zeus, atraía a infinidad de peregrinos que acudían a consultar al oráculo. Dice la leyenda que Delfos fue fundada por Zeus, quien deseoso de conocer el centro del mudo sobre e l que reinaba, envió a dos águilas para que reconocieran su imperio. Las aves se situaron encima del Parnaso y allí descubrieron el ‘omfalos’ ombligo, que hizo de Delfos el centro del Universo. Desde muy pronto el Oráculo de Delfos adquirió gran influencia en todo el mundo conocido. Los vaticinios de la sacerdotisa de Apolo influían notablemente en la toma de decisiones individuales y a veces tenían una enorme repercusión en la historia de las ciudades y Estados de la antigüedad. El dios hablaba a través de ella en una lengua incomprensible que escuchaban e interpretaban las sacerdotisas. Una atmosfera de misterio envuelve aún sus ruinas.
Recorremos la Vía Sacra que subía hasta el templo de Apolo y estaba decorada con innumerables ofrendas de ciudades griegas y extranjeras, además de las estatuas , las ciudades dedicaban al dios los llamados tesoros para albergar las ofrendas en forma de pequeños templos, como el tesoro de Sifnos, el tesoro de Tebas o el tesoro de los Atenienses, el cual visitaremos.
La visita al Museo de Delfos es del todo obligatoria una vez se está en el yacimiento. Es uno de los Museos más importantes de Grecia, alberga de forma sencilla y agradable las obras de arte halladas en Delfos durante las excavaciones llevadas a cabo por la Escuela Francesa de Atenas. En el vestíbulo encontraremos un bloque cónico de mármol cubierto por una redecilla esculpida, se trata de una copia helenística del ombligo que marcó el centro del mundo conocido. Veremos también la famosa estatua del Auriga de Delfos, perfectamente conservada, data de época arcaica y formaba parte de un exvoto de bronce que representaba la cuadriga victoriosa de los Juegos Olímpicos.