Cuando pensamos en la ciudad de Lugo, lo primero que se nos viene a la cabeza son sus orígenes romanos, los cuales seguimos encontrándonos a cada paso que damos en sus calles.
Esta visita comenzará en la Plaza Mayor, donde hablaremos de los orígenes romanos de la ciudad a través de su historia. Aquí se encuentran las estatuas de los fundadores de Lucus Augusti, como fue bautizada Lugo en época romana. Paulo Fabio Máximo recibe el plano de la ciudad por parte del emperador Augusto.
Pero Lugo también se conserva como ciudad medieval y como prueba de ello tenemos su casco histórico, situado dentro de sus murallas, donde podremos ver la Catedral y las calles rodeadas de los típicos soportales.
Lugo es una ciudad que creció dentro de sus murallas romanas a través del tiempo. Desde la Catedral se puede acceder a las murallas, haremos un tramo de estas donde podremos observar Lugo extramuros e intramuros así como algunos restos de domus o casas romanas descubiertas en la zona.
Tras pasear por sus murallas, nos adentraremos en sus calles repletas de comercio local y de zonas de tapeo, donde disfrutar de la gran oferta gastronómica de la ciudad, pues como dice el refrán “…y para comer: Lugo”. Otra prueba de su gastronomía es el Mercado de Abastos, donde se pueden ver todos sus productos más típicos.
No podemos perdernos su famosa “zona de vinos”, por ello estaremos terminando el recorrido en la Plaza del Campo, donde solía realizarse el mercado semanal, a día de hoy zona de partida para las calles donde se puede degustar un gran plato acompañado de un buen vino.